"Cuando quiero escribir me sale espuma"
César Vallejo.
Soy
yo la que vuelve cada día,
a los
sitios donde fue feliz,
soy
yo la que desobedece a Sabina1
cada
vez que vuelvo allí.
Soy
yo la que se tapa los ojos
cuando
no soy capaz de ver
las
puestas de sol de esta ciudad
de
cada ciudad a cada paso…
Soy
yo la que vuela tan alto unas veces
que
parece que nunca estuve aquí,
y a
veces se come el suelo como si alguien
aplastara
la cabeza contra él.
Tiendo
a desaparecer algunas veces
bueno
no, miento, creo que aparezco entonces
entre
las líneas de un papel inacabado, en tu recuerdo,
en
aquella canción de tren o en el humo,
del
cigarro que fumé con aquel chico.
Y a
veces vuelvo, y todos me reconocen
y
saben quién soy, y entonces río, no paro de reírme
y
ellos se ríen conmigo, bailan también,
como
si el fin del mundo llegara hoy mismo,
como si
no importara más que un soplido la vida,
y es entonces,
(solo entonces), cuando vivo.
Y
sangro, a veces sangro, y mi sangre empaña
los papeles
sin escribir, los cementerios desiertos,
las
casas abandonadas, empaña tu conciencia
tu
subconsciencia, tu sueño y tu vigilia,
empaña
los pasos de los caminantes,
los
sueños de los que aprendieron a volar;
yo
les di alas, ellos me enseñaron a usarlas,
yo
les di verdades en las que quedarse a dormir
ellos
más de cien mentiras en las que creer mañana.
Y
escribo, a veces escribo, y saco las tripas
y te
las enseño sin que me lo pidas, pero vienes
siempre
vienes y me lees, y me reconoces por dentro
y me
fotografías el alma a través de mis palabras.
Y entonces
gano. Aquí siempre gano.
Y a
veces pierdo (O a veces eso creo),
y
pataleo en el suelo cual niña consentida,
y doy
cabida a la rabia, y me hago daño yo solita
(a
veces nadie más me hace falta…)
Y
solo a veces intento entenderme, y me entiendo,
entonces
escucho mis silencios y los tuyos,
y
distingo mil señales, y voy cerrando puertas
que
ya no quiero que mires, y voy abriendo otras
y me
doy cuenta que traen mejores paisajes,
y me
enfado (otra vez me enfado conmigo)
¿Cómo
pudiste ser tan absurda? Me repito,
¿Cómo
pudiste? Una y otra vez, una y otra vez…
Y me
perdono, por fin puedo perdonarme,
entonces
crezco, más deprisa que antes,
y
vuelvo a conocerme, y me gusto mas ahora,
(Esto
ya me lo dijo alguien antes)
Y me
encuentro en todas partes
después
de perderme.
A
veces me encuentran otros
antes
de que yo me alcance,
y vuelvo
a confiar en la gente
y me
reconcilio con el mundo,
y me
reconoce antes de escucharme,
porque
es así, como yo me reconozco.
Y a
veces canto, y tú me oyes
(Aunque
casi nadie lo hace)
Y te
escribo canciones, y me escondo,
porque
no quiero que entres.
A veces
canto, sí, y los pájaros me oyen,
y
subo a la terraza como antes,
hacía
años que no lo hacía
¿Ves?
vuelvo a sentirme en otra parte,
(Y a
desobedecer a Sabina).
A
veces lloro, y entonces
veo
llorar a mi gente por todas partes,
cuando
yo lloro, mis ojos se quejan
y multiplican
la pena, y se apagan las luces,
y no
tienes soles con los que alumbrarme
porque
lloras conmigo aunque yo no quiera,
y
lloro de insomnio, de hastío, de tristeza,
lloro
de frío, de rabia, de injusticia,
lloro
con los ojos, con las manos, con la cabeza
lloro
con el estómago, con el pecho, con las entrañas,
lloro
con la garganta, con los brazos, por la boca…
Y
entonces, (sólo entonces), me quedo vacía.
1. "En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver". ( Joaquín Sabina)
La montaña rusa de la vida y el poeta, subir y bajar constantemente para llenarse y vaciarse...
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