"... Porque a pesar de todo nos hicimos amigos
y me mantengo firme gracias a ti, poesía,
pequeño pueblo en armas contra la soledad".

(Javier Egea)

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cosas que nunca debí escribir.

"Usted no necesita el permiso de nadie para ser exactamente quien quiere ser"
(Hayley)

Debes estar preparado para arder en tu propio fuego ¿cómo podrías renacer sin haberte convertido en cenizas?
-Así habló Zaratrusta-

          A veces me paro a pensar en tu forma de vivir, de entender la vida, (de sufrirla,) de bebértela, de saborearla; en tu forma de aprender, de enseñar, en tu forma de hablarme, de salvarme. Me has salvado tantas veces que pienso, que si no existieras, yo no hubiera encontrado razones suficientes para seguir en pie, no hubiera sido capaz de levantarme. Tengo en la memoria las palabras que me disparabas sin ninguna piedad, tu esfuerzo inagotable por abrirme los ojos y sacarme de mi pozo absurdo, (no había ni rastro de luz, ¿recuerdas?) del tiempo que me dedicaste a pesar de estar tan lejos, limpiándome las lágrimas, arañándome por dentro, haciéndome más daño para dejarme vacía de incertidumbre, intentando encender la luz cuando mis ojos solo veían cenizas, fantasmas en la almohada.

 Llevabas razón (amiga), todo se ha cumplido, acertaste en lo bueno y en lo malo. Cómo decirte (a ti que me entiendes) que ahora,  me toca cantar sola, (que estoy muerta de miedo) que nunca he estado aquí, que he tenido que irme para reencontrarme conmigo misma, que me había perdido desde hacía tanto tiempo…, que no había ni rastro de mi en aquel parque, donde me dijo “te quiero” por última vez, que no era yo la que después lloraba. Que yo ya no era, no estaba, que llevaba demasiado tiempo fuera de mí, intentando llenar los huecos vacíos desde fuera, sin pararme a mirar ni medio segundo dentro. Cedí mi tiempo hasta tal punto, de llegar a reconocerme en sus labios, en sus maneras, en su mundo, en su miseria… Me fui tan lejos (de mí) que dejé que entrara en mi sangre e invadiera todo lo que de mí se encontraba vacío, (a sabiendas que iba a equivocarme) y me hice yo igual de miserable; y me sentí acabar. Sentí el peligro tan cerca de mi pecho que el miedo se volvió algo físico. No sé si alguna vez has sentido algo igual, si te has visto tan abajo, tan incapaz de luchar, (por falta de fuerza, no de voluntad), tan incapaz de conseguir el equilibrio,  de volver a estar en pie; si alguna vez has sentido un dolor tan fuerte, tan intenso, tan inhumano, que has llegado a pensar que preferirías estar muerta a seguir sintiéndolo. No se…; lo que si se es que yo he tenido que sentir todo eso; he tenido que bajar al subsuelo, he tenido que perderme a mí misma, (y lo que es peor, intentar buscarme en la insensatez ajena), he tenido que verme en tierras extrañas, he tenido que soportar el dolor cada día (y cada noche, que es mucho más insoportable); he tenido que enfrentarme a mis demonios sabiendo que eran mucho más fuertes que yo, he tenido que cambiar mi presente después de darme cuenta, que no era capaz de soportarlo, he tenido que cambiar el rumbo sin poder evitar daños colaterales (y sin dejar de sentirme- injustamente- culpable). He tenido que bajarme del autobús que llevaba años paseándome por esta ciudad, sin llevarme a ninguna parte, despojarme de mis creencias, de mis certezas, para darme cuenta, de lo equivocada que estaba. He tenido que quedarme vacía, (he ansiado quedarme vacía) para volver a buscarme a mí misma, para empezar a llenarme de todo aquello que de verdad me forma; para empezar a buscar el “Yo” que Siddhartha también buscaba.

He tenido que sufrir la ignorancia, para darme cuenta de que (aunque sea mucho más fácil) no quiero vivir en ella. He decidido que quiero la paz por encima de todo, y que no dejaré que nada me enturbie el camino.

Sólo sé que ahora comienza lo que sin saberlo,  tanto tiempo he estado esperando. Sé que ha llegado el momento.

Que estoy despertando.



1-   

          (Gracias amiga, por enseñarme a diferenciar colores, porque estoy segura de que sin ti, no hubiera tenido ni la fuerza ni el sentido común de sacar la cabeza cuando me estaba ahogando; por darme cordura en estos últimos tiempos, en los que la locura y el desasosiego me ganaban la partida a diario, por entender mi cansancio y tener las palabras justas para llenarme de dignidad cada día. Gracias por salvarme. Yo no hubiera sido capaz – y lo sabes-.)                                    

lunes, 10 de septiembre de 2012

La trampa



Miedo a que vuelva a pasar, a que no pase más.
Miedo a volver a caer en la tentación,
Miedo a no poder librarnos del mal, a no querer.
Miedo a perder el control, a volver a pisar tierras extrañas
Miedo a mirar a los ojos de la gente, a la gente mala.
Miedo a volver a arriesgar, a volver a perder, a ser libre.
Miedo a volver a temblar, a que se vuelva a erizar la piel,
Miedo a tener que olvidarte después. A verte otra vez.
Miedo al qué dirán, a que no digan nada, a no encajar.
Miedo a ser distinta, a ser una más. Miedo a tener miedo.
Miedo a volver a creer, a tener certezas, miedo a dudar.
Miedo a dejar de escribir, a volver a escribirte,
Miedo a ese Dios tirano, que no existe pero mata a gente,
Miedo al diablo que está en todas partes.
Miedo a mirarme en tu espejo, a traicionarme,
Miedo a que me falten las fuerzas para empujarte.
Miedo a dejar esta ciudad, miedo a quedarme,
Miedo a que me venza el recuerdo; a levantarme.
Miedo a volver a empezar, a equivocarme.
Miedo…
Miedo…
Miedo…

^ I S A ^ 


                                  “El miedo es la trampa”
                                      Jose Luis Sampedro.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Hay alguien en el espejo


           ¿Qué puedo hacer cuando me enfado conmigo misma por imbécil y por insensata? ¿Qué puedo hacer cuando me dan ganas de romper con todo y salir corriendo? Lejos, muy lejos, donde nadie pueda alcanzarme, donde lunas nuevas me esperen para dormir conmigo. Lejos, muy lejos, donde nadie pueda echarme en cara lo que no le di, lo que no supe darle o lo que simplemente, no quise. Para que nadie me ponga metas donde no voy a llegar jamás, ni me juzguen a cada paso, por mis logros,  por mis fracasos... No; no me definen mis fracasos, tampoco dicen mucho de mí mis logros, soy lo que hago pero sobre todo, soy lo que quiero ser, aunque nunca haya llegado a serlo, pero lo he tocado con la punta de los dedos, y solo es un espejismo, como mis ojos cuando me miran fijos en el espejo... Hace tiempo que no los reconozco, la presión diaria ha ido pisando los resquicios de claridad que había en ellos, ¿Quién es esa que me mira en el espejo?, ¿de quién es esa mirada cansada que me mira sin miedo? No, no tiene miedo… ya no. Me mira sin miedo, pero aburrida, vacía de miedo, vacía de esperanza, vacía... No, no soy yo, esa no soy yo, yo siempre quise ser actriz secundaria, nunca soporté el protagonismo efímero,  nunca me interesaron las voces que están encima, las tantas veces visibles y a la vez tan mediocres, las que gritan porque no saben hablar, y no dejan que se escuchen las que tienen algo que decir, las que de verdad importan, las que tanto incomodan a algunos, las que no les conviene a otros... No, yo no soy protagonista, desengáñate, no quiero serlo, ese no es mi papel, me falta el aire entre esta espesa arboleda, que atrapa el oxigeno y no me cede el paso, yo nunca quise estar aquí, pero cedí mi tiempo y ahora, este papel impuesto ha acabado por perderme. Si, resulta raro, me perdí a mi misma, no reconozco ni mi sombra en esos ojos que me desafían en el espejo.  No, esa no soy yo,  yo ya no estoy aquí, me fui hace tiempo.

No, esa no soy yo.

Ni siquiera se parece a mí.

viernes, 27 de abril de 2012

Sin cita previa


Las promesas que nos hacemos de noche...
serán mañana un leve borrón,
pero siempre olvido mi goma de borrar
no me queda tinta, y ya ha salido el sol...
Siempre quisiste adelantar mi reloj
pero él siempre llega con retraso...
o siempre ha estado ahí, escondido
entre los cuadros de tu cuarto
esperando a que cierres los ojos
y diluyas tu miedo que envejece el tiempo.
Cuanto tiempo ha pasado, y mira ahora
nos encontramos sin más, sin previo aviso
sin cita previa, ni sitios clandestinos
nos escondemos del viento para que no nos vea.
Yo era un ladrón de esos que no piden carteras
y tu un presente robado por las grietas del pasado
por eso no pedí permiso para llamar a tu puerta
pero perdí la libertad, no se romper las ventanas...
El tiempo se me acaba, 
como los versos de este poema,
pero nunca dejaron de existir papeles en blanco,
donde dejar secar el ruido, y hacer sangrar la tinta,
garabatear segundos y rimar los días con las horas.




jueves, 1 de marzo de 2012

Silencios compartidos


Podría buscar razones suficientes 
para entender por qué no puedo hablar contigo,
porqué no podemos compartir el ruido como antes,
por qué no queda más remedio que seguir así,
caminando en paralelo, sin poder ni tan siquiera rozarnos...

Te echo de menos, 
y no entiendo porqué tengo que alejarme
para no hacerte más daño,
tampoco entiendo por qué no puedo quererte
como tú necesitas, como a mí me gustaría...

Intento no pensar demasiado 
para no volverme loca en el intento de buscar 
respuestas que se que no voy a encontrar jamás,
Me miras con ojos de Cristo procesionado 
y me dan ganas de llorar,
pero sigo sin encontrar flores en tu vientre,
aunque tu encontrases en el mío el mar...
qué injusto... ¿no te parece? ¡ Qué injusto es todo!.

Me reencuentro contigo y me haces sonreír,
y vuelves a avivar ilusiones que este mundo
se encarga de destruir a diario,
te abrazo y mantengo la esperanza 
de que quizás mañana todo sea posible,
tu también, y eso me hace sentir bien...

Seguimos siendo los mismos, 
nada nos ha cambiado desde entonces,
y siempre seguiremos siendo nosotros,
hay algo que nadie podrá cambiar jamás
"nuestra misma idea de libertad"
y lo intentarán compañero,
como lo han intentado siempre...,
pero nunca lo conseguirán y lo saben bien,
por eso nunca nos subestiman
y se creen lo que decimos, 
porque nunca entendimos
otro lenguaje fuera de la verdad
y porque nunca supimos mirar
de otra manera que no fuera de frente...

A veces también nos temen,
somos piedras en el camino del verdugo...
y saben que nunca damos una batalla por perdida...




“Gracias, por demostrarme que otro mundo es posible, por tu lucha...  , por darme manos y esperanza... “

lunes, 13 de febrero de 2012

Simbiosis

             Intento adelantar el reloj, a patadas contra tu escenario,
             quisiera escupir los segundos que tengo atascados en la garganta,
             invento disfraces nuevos que me devuelven a tu espalda
             para encontrarnos de nuevo el alma labio a labio

Mi mundo se desconcierta y nos mentimos a diario
ven, sube, que vamos a comernos la madrugada
a llenarnos de verdades, de guerras ganadas
a bebernos el miedo, a pasarlo por alto...           

A veces no entiendo, por qué me arde el cuerpo
ven y extíngueme el mundo, inspira este incendio
lléname de ruido, que me asfixia este silencio…
y volemos con mis alas, que me sobra un mundo entero.

Quizá se me haga tarde, no aprendo nunca a llegar a tiempo
y me salte los segundos, y destripe tus momentos,
y te vacie de costumbres y reinvente nuestro cuento
Quizá podamos convertir nuestro instante en algo eterno.