"Ven a dormir conmigo:No haremos el amor, él nos hará"
(Julio Cortázar)
"Ella me daba la mano y no hacía falta mas.
Me alcanzaba para sentir que era bien acogido.
Mas que besarla, mas que acostarnos juntos,
mas que ninguna otra cosa,
ella me daba la mano
y eso era amor",
(Mario Benedetti)
-Si esta ciudad
se abre de piernas para mí -Le dije-
prometo no volver a ser jamás
una mujer triste-.
Y sucedió el invierno
ácido, frío, solitario;
calándome hasta el fondo
los dientes y los huesos.
A menudo despertaba asustada
abrazada a la nada, rodeada
de fantasmas invisibles que avanzaban
exiguos y cobardes hacia mi ventana.
Si me hubieras conocido entonces
no habrías sabido de mí.
(Los rotos no me dejaban ser
en ninguna parte).
-Si esta ciudad
se abre de piernas para mí -Le dije-
prometo no volver a ser jamás
una mujer triste-.
Y apareciste tú, con tu sonrisa de revista
tus cielos repletos de soles encontrados
mirándome como si supieras
que llegar a ti era llegar a casa.
Y llegaste tú, reconstruyendo
todas mis partes importantes
devolviéndome mis mundos azules
mis tesoros inmunes y libres.
He de confesarte que no soy la misma
desde aquella primera vez
en que decidiste no dormir para quedarte
besándome la espalda y el sexo,
sin cansarte, sin pararte, sin
preguntarme...
Cada caricia, cada mirada, cada beso
iban cosiéndome y limpiándome la sangre
Me lo diste todo y lo agarré sin fondo
Y te miré con los ojos de un Dios justo:
Fui valiente por ti, más valiente
de lo que nunca he sabido ser por nadie.
Rendirme contigo al frente, fue cambiar
el miedo
por la inevitable consecuencia de
amarte,
a ti que supiste verme desde el primer instante
que me devolviste los besos y el brillo
en los ojos y en la piel.
Y
Madrid… Amor mío…,
Se merecía un amor como éste.
Se merecía un amor
como el nuestro.