¿Cómo te digo todas las cosas que no se pueden decir?
No existen
tales palabras, no pienso reincidir.
Explícame
por qué nunca aprendí las normas
Por
qué ando detrás de todo lo que se me ha prohibido,
por
qué ya no me importa lo que la gente piensa
por
qué tengo las manos tan llenas de hastío…
Por
qué este vacío cada vez que abro una puerta
por
qué últimamente me llevo tan mal con la tristeza…
Por
qué ya no me paro, por qué ya no te escucho,
por
qué no soy capaz de contarte lo que me pasa.
Por
qué intento avanzar con la piedra de Sísifo
a cuestas,
por
qué no hay pasado que me devuelva lo que he perdido.
Por qué
no aprendo nunca a retirarme a tiempo
Por qué
siempre cometo los mismos errores repetidos,
Por
qué sigo buscando una estrella polar en estrellas fugaces,
por
qué me empeño seguir echándole un pulso al tiempo.
Por
qué intento convencerme de que no era cierto
por
qué me pasan tantas cosas que no entiendo.
Por
qué me paro cuando quiero despegar del suelo,
por qué
sigo mirando hacia otro lado si te veo…
Por
qué a veces me gustaría ver cómo esta ciudad arde,
por
qué me siento sola rodeada de tanta gente…
Por
qué el miedo es más fuerte que las verdades
por
qué no existen unos labios capaces de salvarme.
Por
qué no se aceptar que las personas van y vienen,
por qué,
cada vez que digo adiós, algo se me rompe.
Por
qué nos empeñamos en vivir perdiendo el norte
por qué
volvemos a esa mala costumbre del reproche,
por
qué no olvido las palabras que ni siquiera pronunciaste:
Por qué tan pronto, es siempre, demasiado tarde…