“Todos somos magos, pero nos hemos
convertido en sapos porque no nos acordamos de que somos magos” -
Es un juego,
nada más. No te lo tomes en serio porque te morderá. Se trata de reírse al fin
y al cabo, de darse cuenta, de
tener el valor suficiente para decir si y
la consciencia precisa para decir no.
Es sencillo aunque no lo parezca, aunque te escondas detrás de los cuadros de
tu cuarto, pero no lo ves porque no dejas de dar vueltas, de envenenar tu
cabeza con todo aquello que no necesitas para mantenerla a salvo y no caer en
la cuenta de lo que de verdad te importa. Así mañana será mucho más fácil culpar
a la suerte o al destino de lo que no hiciste, o de lo que nunca llegaste a ser.
Sal.
Sal de tu cabeza, de ti mismo, de la
casa que llevas a cuestas habitada con inocuas mentiras que son verdades a
medias y que no te llenan.
Suelta.
Suelta el miedo
que a menudo te hiela, ya caíste demasiadas veces en la trampa, pisa la
cobardía que además de miserable no tiene nada de guerrera.
Prende.
Prende la llama
para permanecer despierto y para que los demás te vean, riega tu sangre con los
que vinieron antes que tú, de ellos heredaste la sabia, ellos te alumbrarán
cuando no veas.
Deja.
Deja de ser ese
tipo acomodaticio que todos esperan que seas, procura tenerte en cuenta de
ahora en adelante, que ya pesa demasiado el tiempo
que perdiste intentando que la gente te entienda.
Sueña.
Sueña mucho y
muy bueno, nunca dejes que nadie te diga: “Eso es imposible” “así no quiero que
seas” o “no serás capaz”, porque los que ponen trabas a tus sueños, llenan de trabas los suyos y
serán los que mañana vivan en la excusa (frustrante) constante de: “No encontré
el momento” “No tuve suerte” “Qué le vamos a hacer”…
Lucha.
Lucha por todo lo que te lleve a ser quien
crees que eres1, y cuando el cielo se torne oscuro, espera, regresa
a ti mismo, a tu yo más profundo, y piensa que aún tienes tiempo.
Y Pelea. Nunca
dejes de pelear, porque quizás así logres ser quien tú quieres, y no quien
te contaron que serías.
1- Benjamín Prado.