Las promesas que nos hacemos de
noche...
serán mañana un leve borrón,
pero siempre olvido mi goma de
borrar
no me queda tinta, y ya ha
salido el sol...
Siempre quisiste adelantar mi
reloj
pero él siempre llega con
retraso...
o siempre ha estado ahí,
escondido
entre los cuadros de tu cuarto
esperando a que cierres los
ojos
y diluyas tu miedo que envejece
el tiempo.
Cuanto tiempo ha pasado, y mira
ahora
nos encontramos sin más, sin
previo aviso
sin cita previa, ni sitios
clandestinos
nos escondemos del viento para
que no nos vea.
Yo era un ladrón de esos que no
piden carteras
y tu un presente robado por las
grietas del pasado
por eso no pedí permiso para
llamar a tu puerta
pero perdí la libertad, no se
romper las ventanas...
El tiempo se me acaba,
como los versos de este poema,
como los versos de este poema,
pero nunca dejaron de existir
papeles en blanco,
donde dejar secar el ruido, y
hacer sangrar la tinta,
garabatear segundos y rimar los
días con las horas.